La Odisea Tributaria de una Empresa Exportadora

La tensión se palpaba en el ambiente. Los abogados revisaban nerviosamente los documentos, preparándose para la audiencia ante la Corte Suprema de Justicia. Sabían que representaban a una importante empresa exportadora guatemalteca, pero tenían frente a sí a un formidable contrincante: el ente recaudador de impuestos del país, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). Estaba en juego una millonaria suma en ajustes e impuestos derivados de una discrepancia legal sobre el alcance de los beneficios fiscales a las exportaciones.

Todo comenzó en una tediosa pero rutinaria auditoría fiscal realizada por la SAT al Contribuyente, dedicada a la exportación de vegetales congelados. Los auditores determinaron inconsistencias en las declaraciones de renta de la compañía. La empresa reportaba ingentes utilidades provenientes de exportaciones, totalmente exentas de impuesto sobre la renta. Sin embargo, la SAT consideró que dicha exención era improcedente, pues la empresa operaba bajo el régimen de exportación definitiva y no bajo el régimen especial de admisión temporal que exige la Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad Exportadora para ese beneficio fiscal.


Tras un prolongado proceso de fiscalización, la SAT le aplicó un devastador ajuste fiscal a la empresa por Q3.1 millones más una fuerte multa del 100%. Para la compañía exportadora, esto podía significar la ruina financiera. Rápidamente procedieron a impugnar los ajustes por la vía legal. Presentaron recursos administrativos que fueron desestimados. Agotada esa fase, decidieron apostarlo todo a una demanda contencioso-administrativa ante los tribunales.

En su defensa, argumentaron que cumplían cabalmente con los requisitos legales para la exención tributaria, pues el Ministerio de Economía les había extendido una resolución que les calificaba como exportadores bajo el régimen de admisión temporal. Presentaron triunfalmente esa resolución como prueba irrefutable de su estatus de contribuyentes exentos ante el Tribunal.


El Tribunal falló a su favor, considerando que la Ley no distingue sobre el origen nacional o extranjero de las materias primas para aplicar la exención tributaria a los ingresos de exportación. Un duro revés para el ente fiscalizador. Pero la SAT no se rinde tan fácilmente. Decidieron jugarse su último as bajo la manga: el recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia.


En su recurso, la SAT alegó que la empresa no demostró haber cumplido con los requisitos reales del régimen de admisión temporal. También arguyeron, muy astutamente, que el Tribunal interpretó erróneamente la Resolución del Ministerio de Economía presentada por la empresa, pues dicha Resolución sí contenía limitaciones a la exención que no eran aplicables al presente caso.


El futuro de la compañía pendía ahora del recurso ante la Corte Suprema. La expectativa invadía los pasillos del alto tribunal el día de la audiencia. Cuando el magistrado ponente tomó la palabra y resolvió declarar procedente el recurso de la SAT revocando el fallo previo, el pesar invadió a los abogados de la empresa. Su odisea legal había concluido... esta vez, con la razón dada al ente fiscal.


La Corte Suprema conceptuó que la empresa no probó operar bajo el régimen de admisión temporal que requería la norma para la exención tributaria. Interpretó correctamente que la Resolución del Ministerio de Economía no le daba una exención plena e ilimitada. Con ello, el alto tribunal ratificó que en materia tributaria, se exige el más estricto apego a las normas fiscales para obtener beneficios como exenciones impositivas. La SAT había ganado esta difícil batalla legal, reafirmando su autoridad para fiscalizar a los contribuyentes, incluso aquellos acogidos a regímenes especiales. La empresa exportadora, en cambio, deberá reestructurar su planificación fiscal y tributaria luego de este revés judicial millonario.


Casos como el de la empresa exportadora anterior ilustran la complejidad de las leyes tributarias y los riesgos de una inadecuada planificación fiscal para las compañías. Los procesos ante las autoridades y los tribunales requieren de profesionales experimentados que conozcan a fondo las normas y puedan defender a los contribuyentes adecuadamente.


Es por ello que estamos preparados para apoyarte. Con más de 15 años de experiencia en el mercado guatemalteco, nuestro equipo de CPA’s y abogados tributaristas puede diseñar una estrategia fiscal personalizada para tu empresa, identificando todos los beneficios y exenciones aplicables, y asegurando el correcto cumplimiento de las obligaciones tributarias.


Nuestra asesoría experta te mantendrá del lado correcto de la ley ante el ente fiscalizador. Y en caso de requerirlo, podemos representar tus intereses ante las autoridades administrativas y judiciales, defendiendo enérgicamente tu posición para lograr el mejor resultado en litigios tributarios.


Llámanos ahora al (502) 2215-7575 o escríbenos a j@vesco.com.gt para una consulta inicial sin costo. Pon tu confianza en nosotros, tu socio estratégico en materia de impuestos y aspectos legales relacionados.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Improcedencia de Depreciaciones según el Artículo 28 en Bienes Otorgados en Arrendamiento Financiero

El Contribuyente gana juicio contra la SAT: Tribunal revoca ajustes al ISR